Es especialmente relevante para nosotras, artistas, conocer estos filtros de nuestras experiencias perceptivas. Y sería fundamental que los profesores, que evalúan nuestros logros, lo hicieran sobre una valoración previa (al menos aproximada) del funcionamiento perceptivo de cada cual que va asociado a ciertas condiciones psicopatológicas. Cuando hice el círculo de color, me sentí muy mal. Estos son mis recuerdos y sugerencias.
La profesora fue muy amable. Pero en vano me quejé y dije que, pese a mi esfuerzo e interés, no podía mejorar mi círculo de color: la situación no está madura para la evaluación en el ámbito de las artes. Había una serie de condiciones personales implicadas en mi desempeño (por un lado, psicopatologías -reconocidas, y que deberían haber sido tomadas en cuenta-; por otro, amarillo derivado del amarilleado de mi cristalino por la edad, etc. que sencillamente no se consideran.
¡Otro aspecto a mejorar en la enseñanza de las artes visuales y, en concreto, en la valoración de los ejercicios de color!
Y, por cierto, la teoría en la asignatura de dibujo anda un poco coja… los clásicos deben ser revisados a la luz de los avances científicos… y también el mismísimo D. K. Ching debería revisar su introducción a Dibujo y proyecto. La neuropsicología ha avanzado al galope y ha alcanzado sus textos… muchas de sus explicaciones suenan a elucubraciones precientíficas, que deslucen su brillante libro.
En el resumen que añado a continuación, del texto de psicología de la UNED que enlazo, están brevemente descritas las distorsiones perceptivas y las alucinaciones que pueden afectar nuestro trabajo como artistas visuales.
https://psicologia.isipedia.com/segundo/psicopatologia/psicopatologia-parte-1/06-psicopatologia-de-la-percepcion-y-de-la-imaginacion
Existen dos opciones teóricas antagónicas sobre el modo de abordar el estudio de las imágenes mentales. Una habla de dos códigos (para imágenes mentales y para procesamiento proposicional). Otra, de uno solo.
Los trastornos de la percepción y de la imaginación se clasifican en distorsiones y engaños perceptivos.
Las distorsiones, cuando el estímulo, existente, es percibido de forma distina a la habitual, teniendo en cuenta las experiencias previas, características contextuales, y el modo en que otras personas perciben ese estímulo, cono sucede en las distorsiones relativas al tamaño, forma, intensidad, distancia… La anomalía es perceptiva (interacción defectuosa de estímulo, contexto y receptor), no sensorial. Suelen afectar a una o más modalidades sensoriales y pueden involucrar todos los estímulos de mundo sensorial que se halle afectado.
Pueden ser: de la intensidad de los estímulos (ver los colores más intensos, o menos intensos), de su cualidad (cambios en la percepción del color y visiones coloreadas), del tamaño (ver los objetos muy lejanos o muy cercanos), de la forma (disociación o aglutinación de los objetos), de la integración. Puede haber iusiones, como la pareidolia (dotar de significado a formas sin sentido).
Los engaños perceptivos se diferencian de las distorsiones (sinónimos: percepciones falsas, aberraciones perceptivas, errores perceptivos) porque los estímulos son alucinaciones.
Las dos modalidades sensoriales en las que con más frecuencia se experimentan fenómenos alucinatorios son la auditiva y la visual, pero también pueden darse en las restantes modalidades. No se fundamentan en estímulos realmente existentes fuera del individuo y conviven con el resto de las percepciones normales. Lo común a los engaños y distorsiones es que la persona tiene una experiencia perceptiva, tanto si ésta se fundamenta como si no en una “percepción auténtica”.
Sobre las alucinaciones visuales, dice el texto de la UNED:
Son muy variadas. A veces son imágenes elementales o fotopsias o fotomas, que son destellos, llamas… inmóviles o en movimiento, con carácter geométrico, colores vivos o incoloras. Otras veces son complejas (figuras humanas, escenas de animales…) y pueden tener un tamaño natural, reducido (liliputienses), o gigantesco (gulliverianas). No hay que confundirlas con las macropsias y micropsias, ya que en éstas el campo perceptivo real se ve a escala reducida o aumentada, y no se trata de alucinar objetos, personas o animales dentro del marco perceptivo normal.Las alucinaciones visuales poseen cierta perspectiva, por lo que se experimentan con mayor realismo, aunque pueden aparecer superpuestas a objetos, paredes… Cuando están intensamente coloreadas, se acompañan de un tono afectivo de exaltación o euforia (en delirios místicos en estado de éxtasis) o pueden tener un tono afectivo pasional (en delirios eróticos). Estas alucinaciones aparecen en forma de visiones escénicas, similares a las imágenes de los sueños, como sucede en estados confusionales y en los delirios tóxicos.
Ej: visiones religiosas del infierno.Una variedad de experiencia alucinatoria visual poco usual es la autoscopia, que consiste en verse a sí mismo como un doble reflejado en un cristal, a menudo con una consistencia gelatinosa y transparente. También se le conoce como “imagen del espejo fantasma”. En la autoscopia negativa ocurre lo contrario: el paciente no se ve a sí mismo cuando se refleja su imagen en un espejo. Puede darse en estados orgánicos como la epilepsia del lóbulo temporal y en esquizofrenia, que suelen ser pseudoalucinaciones.En nuestra cultura, las alucinaciones visuales son más características de los estados orgánicos agudos con pérdida de conciencia como el delirium tremens, en el que la alucinación más frecuente es la de ver toda clase de animales repugnantes, vivenciándolo con terror, y por supuestos en los estados producidos por los alucinógenos. En cambio son poco comunes en la esquizofrenia.
Para ver en qué psicopatologías se presentan y valorar los distintos grados y tipos, consultar el enlace. En general, solo señalo que nuestra percepción está modulada por nuestras psicopatologías, y que los docentes deberían conocer en qué sentido para ajustar con mayor corrección la evaluación, en caso de psicopatologías o situaciones especiales. Los círculos de color son especialmente delatores.
Además, en el artículo que recojo a continuación, escrito por un psiquiatra como trabajo de investigación, se resumen algunas alteraciones del procesamiento visual ligadas a algunas psicopatologías (dice esquizofrenia, podría ampliar a autismo, los límites no están claros) y se hace una interpretación (cuestionable) desde el psicoanálisis. Es especialmente interesante por el marco de pensamiento que recoge (habla del «pensamiento visual», que debería estudiarse en los curriculos de las artes plásticas) y la recopilación de fenómenos que afectan a la pintura y el dibujo, como: dificultad para organizar la relación entre los objetos, dificultad para organizarlos en el campo, dificultad para centrar la atención en uno, dificultad para discriminar el contexto, atracción ejercida por objetos triviales, integración de la información contextual. Todas estas «dificultades» son rasgos que hacen peculiares nuestros dibujos y pinturas, artistas!
Debatecontribution 0en Trescientas palabras sobre LUIS PARET
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